sábado, 24 de enero de 2009

Debate sobre Estímulos Fiscales

El tema de debate central sobre los paquetes de estímulos en general se ubica entre su capacidad de efectos amplificadores sobre la demanda agregada (los multiplicadores) y si sobre estas acciones en realidad provocarían otros problemas. En el siguiente post de Mark Thoma en Economist Views con el título de "Does Stimulus Stimulate?"se hace una pequeña síntesis, pero sobre todo, se hace referencia a distintos reconocidos economistas sobre sus posiciones y ligas a notas al respecto.

En realidad, aún al interior de los que denominan excépticos, no son exactamente iguales. Por ejemplo, Fama y Barro definitivamente proponen una visión del modelo clásico, mientras Mankiw acepta un enfoque keynesiano de corto plazo, pero prefiere el uso de política monetaria. También faltan algunos nombres entre los defensores, o al menos que se han pronunciado a favor como Feldstein.

24 comentarios:

Anónimo dijo...

Coincido con el autor en que un estímulo fiscal debe darse cuanto antes por la falta de liquidez persistente, con ello se logrará obtener un efecto multiplicador alto para el 2009 en Norteamérica. Asimismo, la cantidad por la cual un cambio en el gasto autónomo se multiplica para determinar el cambio en el gasto de equilibrio y en el PIB real se llevará a cabo.
Aunado a lo anterior, vendrá un aumento en la inversión privada y un crecimiento futuro que a su vez aumentará la producción y el consumo, actividades necesarias para reactivar la economía.

Gabriela Cortés dijo...

De acuerdo a lo que comenta el autor, dentro de los economistas más reconocidos no hay un consenso sobre el efecto multiplicador de un paquete de estímulos fiscales en el contexto de la actual crisis, si bien, se puede concluir que los estímulos fiscales orientados a fomentar la inversión privada seria lo recomendable, esta seria solo una acción, dentro de otras muy necesarias (como aumentar el gasto público) para reactivar la economía.

Anónimo dijo...

Después de haber leído el artículo de Bruce Bartlett y los comentarios de Mark Thoma, sobre la eficacia de los paquetes de estímulos para hacer frente a la actual crisis económica, coincido con los argumentos en torno a la conveniencia, para el caso de la economía norteamericana, de la instrumentación de políticas fiscales expansivas, en particular a través de la reducción de impuestos al sector privado por encima del aumento del gasto gubernamental, en virtud del impacto inmediato que podría resultar de dicha reducción.
Las críticas de los economistas referidos en el artículo, que se centran en el efecto multiplicador del gasto social, consideran los resultados del programa de devolución de impuestos, las implicaciones deficitarias que podría traer consigo un mayor gasto gubernamental y el desplazamiento de las otras actividades económicas, argumentos que fortalecen la conclusión de que la reducción de impuestos sería positiva y con resultados inmediatos. No obstante, resultaría interesante analizar la disposición de las empresas a realmente utilizar los beneficios de dicha reducción de impuestos en la reactivación de la economía, sobre todo considerando el escepticismo que domina actualmente al sector privado en Estados Unidos.

Anónimo dijo...

Es claro que hay una fuerte discusión sobre los estímulos fiscales y su efecto sobre el crecimiento de la economía de los Estados Unidos; sin embargo al ver los argumentos de unos y otros economistas, más que encontrar soluciones a la actual crisis, se encuentran problemas de las decisiones políticas tomadas para hacer frente a la misma. Surge entonces la pregunta de si efectivamente el paquete de rescate económico presentado por Obama, y bajo las características de la crisis, va a generar los resultados esperados, más allá de las esperanzadoras perspectivas políticas?
Si es el gasto público, el fomento a la inversión privada, la reducción de impuestos, fortalecer la política monetaria, aplicar correctivos en un corto periodo de tiempo, todo finalmente parece tener más de una respuesta y más de una consecuencia. Pero, que será necesario y suficiente?

Sergio Avalos dijo...

Coincido en que una política fiscal expansiva, bajo la coyuntura actual, es conveniente ya que el efecto multiplicador derivado de un aumento en gasto gubernamental es mayor que otro tipo de variables con las que se pudiera actuar, dentro de la función de ingreso.

No obstante un recorte en la tasa impositiva para incentivar la economía, puede tener un efecto multiplicador mayor y un impacto inmediato. Esto dependerá de la reacción del sector privado a estos estímulos para reactivar la economía.

Sergio Avalos dijo...

Coincido en que una política fiscal expansiva, bajo la coyuntura actual, es conveniente ya que el efecto multiplicador derivado de un aumento en gasto gubernamental es mayor que otro tipo de variables con las que se pudiera actuar.

No obstante un recorte en la tasa impositiva para incentivar la economía, puede tener un efecto multiplicador mayor y un impacto inmediato. Esto dependerá de la reacción del sector privado a estos estímulos para reactivar la economía.

Diódoro Siller dijo...

Estoy de acuerdo con el autor en el sentido de que conviene a la política económica norteamericana un programa fiscal expansivo que derive en el concepto multiplicador como resultado del aumento de gasto gubernamental. Creo también que esta política económica por si sola no podrá reactivar la economía y será necesario pensar en la disminución de cargas fiscales, estímulos etc, para de esta forma incentivar la economía de tal forma que se pueda salir del bache en el que se encuentran y por ende las demás economías mundiales.

Anónimo dijo...

Me parece que habría que empezar por señalar que la crisis a la cual nos enfrentamos tanto en Estados Unidos como en el mundo, tiene que ver con un consumo desmedido de los estadounidenses, esto es, individuos que gastaron más de lo que tenían y que ahora tienen que resarcir los excesos a través de la périda de bienes o ingreso, no obstante, muchos otros que no incurrimos en los excesos tendremos que al igual pagar con la reducción general del bienestar en el mundo. Por lo tanto, un plan de reactivación como se señala en el artículo de Bartlett y Thoma, viene a ser la compensación de la gran caída en el consumo, ya sea a través del incremento del gasto del gobierno, así como el incremento en el ingreso de las familias y/o con estímulos fiscales efectivos. Empero, dada la situación actual de los individuos, la medida de incrementar el ingreso de las familias se estaría canalizando directamente a las deudas o al mismo ahorro, por lo cual no habría consumo y no se estaría teniendo impacto (un efecto multiplicador importante) a través de este medio. Por otra parte, un mayor gasto del gobierno tendría un efecto multiplicador mayor, a través de la educación, salud e infraestructura, no obstante, dicho ingreso se quedaría atorado en el flujo de la economía (en los hogares) dada la alta propensión a ahorrar de las familias (con esto en México por ejemplo dejamos de exportar). De tal manera, los estímulos fiscales son actualmente una política de mayor impacto, esto es, con un efecto multiplicador mayor que el mismo gasto del gobierno.
Finalmente y como bien señala Paul Krugman, Obama será quien tenga que tomar las decisiones importantes ante tal “mar de confusión”, para sostener el sistema financiero y productivo, y así reactivar de una manera gradual a la economía. La realidad es que se requiere tomar medidas drásticas pronto para que se pueda recuperar el crecimiento en algún futuro, esperemos cercano.

Anónimo dijo...

Me parece que habría que empezar por señalar que la crisis a la cual nos enfrentamos tanto en Estados Unidos como en el mundo, tiene que ver con un consumo desmedido de los estadounidenses, esto es, individuos que gastaron más de lo que tenían y que ahora tienen que resarcir los excesos a través de la périda de bienes o ingreso, no obstante, muchos otros que no incurrimos en los excesos tendremos que al igual pagar con la reducción general del bienestar en el mundo. Por lo tanto, un plan de reactivación como se señala en el artículo de Bartlett y Thoma, viene a ser la compensación de la gran caída en el consumo, ya sea a través del incremento del gasto del gobierno, así como el incremento en el ingreso de las familias y/o con estímulos fiscales efectivos. Empero, dada la situación actual de los individuos, la medida de incrementar el ingreso de las familias se estaría canalizando directamente a las deudas o al mismo ahorro, por lo cual no habría consumo y no se estaría teniendo impacto (un efecto multiplicador importante) a través de este medio. Por otra parte, un mayor gasto del gobierno tendría un efecto multiplicador mayor, a través de la educación, salud e infraestructura, no obstante, dicho ingreso se quedaría atorado en el flujo de la economía (en los hogares) dada la alta propensión a ahorrar de las familias (con esto en México por ejemplo dejamos de exportar). De tal manera, los estímulos fiscales son actualmente una política de mayor impacto, esto es, con un efecto multiplicador mayor que el mismo gasto del gobierno.
Finalmente y como bien señala Paul Krugman, Obama será quien tenga que tomar las decisiones importantes ante tal “mar de confusión”, para sostener el sistema financiero y productivo, y así reactivar de una manera gradual a la economía. La realidad es que se requiere tomar medidas drásticas pronto para que se pueda recuperar el crecimiento en algún futuro, esperemos cercano.

Anónimo dijo...

De lo que comenta el autor sobre la eficacia de los paquetes de estímulos para combatir la actual crisis económica, ha surgido un gran debate sobre cuál estímulo puede ser el más efectivo. Cabe señalar que por la parte de política monetaria ya no queda margen de maniobra, pues la tasa de referencia de la fed es muy cercana a cero. Esta tasa tan cercana a cero tarde o temprano estimulará la inversión, aunque en el corto plazo no se han visto efectos de lo anterior, por el temor que existe entre los participantes del mercado y las malas expectativas hacia el futuro. Adicionalmente esta reducción provocará seguramente presiones inflacionarias.

Por lo anterior, es por el lado fiscal como se puede seguir empujando para salir de la crisis. Por lo tanto estoy de acuerdo con los argumentos en torno a la conveniencia, para el caso de la economía norteamericana, de la instrumentación de políticas fiscales expansivas, en particular a través de la reducción de impuestos al sector privado por encima del aumento del gasto gubernamental, en virtud del impacto inmediato que podría resultar de dicha reducción. De hecho es parte de lo que piden los republicanos, argumentando que son las empresas las que pueden hacer que reviva la economía.

Sin embargo al parecer a los demócratas les interesa más la idea de la obra pública e infraestructura –por sus implicaciones en el empleo-, que también es muy Keynesiana y sin duda puede ayudar pero los resultados son a largo plazo.

Las devoluciones de impuestos como se han hecho en cheque, a mi parecer no sirven, pues no todos son beneficiados y el dinero no se gasta. El estímulo debe venir en reducciones de impuestos a la compra de bienes de capital como maquinaria, a empresas exportadoras exitosas, a la contratación de personas, a nuevos descubrimientos en ciencia y tecnología, etc.

Finalmente la crisis se va a resolver con una mezcla de rescates y de estímulos, no con uno sólo. Lo interesante y difícil va a ser encontrar la mejor asignación de recursos para obtener los mejores resultados.

Anónimo dijo...

Después de haber terminado leer el artículo de Bruce Barlett así que los otros autores mencionados, hay que mencionar, que casi todos estamos de acuerdo, que los gobiernos de los estados afectados con la crisis alrededor del mundo tienen que utilizar sus instrumentos para reactivar la economía.

Lo que nos divide, es: cuáles instrumentos, cuantos, que cantidad, etc. Ya sólo pocos expertos están convencidos que esta crisis, no causada por los gobiernos sino por bancos y sus banqueros, se puede resolver sin ayuda de gobiernos, solo gracias a la "Invisible Hand of the Market".

A mi entender, y basado tambien en experiencias historicas (aunque todavia no sabemos el tamano de esta crisis, si se pueda comparar con las en pasado?), me parece un instrumento adecuado aumentar el gasto público, particularmente elaborar planes para grandes obras publicas. Temo usar siquiente comparacion, pero no se puede olvidar como peleó Hitler (y con exito, desafortunadamente para todo el mundo) con la crisis en Alemania de los 30´s. A la gente la dió trabajo en obras publicas como construccion de autopistas (unas de esas todavía sirven) y en fábricas de armas. Esto es, obviamente, caso extremo.

No obstante, Dr. Barlett menciona que no siempre el aumento de gasto publico es la medicina, como en los 60´s y 70´s, cuando el resultado fue indeseable - inflacion.

Anónimo dijo...

(Israel Tello) Habrá que ver empíricamente qué es lo que ocasionó esta crisis para tomar una directriz en torno a desequilibrar la balanza en favor, ya sea de la política monetaria o de la política fiscal tal y como Bartlett (Bruce) describe este debate en términos diacrónicos.

Si tomamos en cuenta el efecto (de depositar la confianza del sistema financiero estadounidense) del gurú Greenspan y su culto en la década los noventa, muchas de las burbujas especulativas que generaron la crisis financiera (y luego productiva) derivan de aquellos países en donde el Banco Central también es corresponsable o responsable del crecimiento económico, como Japón (no creo que en la misma medida el Banco Central Europeo, pero habrá que revisar las cifras); de manera que México no participa en este tipo de estadística.

Por otra parte debemos resaltar dos ejes en nuestra prospectiva resolutiva (es decir, el dilema entre política monetaria o fiscal): primero, que desde el "error de diciembre", la responsabilidad del gobierno sobre el sistema financiero se ha fortalecido al grado de que hoy por lo menos contamos con un mínimo de ahorro (Afores, por ejemplo) y de que la gran lección de salvar la banca (no a los banqueros) fue precisamente adoptar medidas de prevención y ahorro financiero, así el Presidente Calderón tiene razón al decir "que se ha hecho la tarea" aunque no toda señor Presidente, pues aun queda por hacer (como el solucionar que un par de bancos concentren el 80% de los activos financieros del país).
Segundo, el sistema impositivo mexicano se ha caracterizado por tener una débil recaudación (si bien recuerdo la cifra es de 19% del PIB ya contando ingresos petroleros, y al rededor de 10% sin estos), por lo que muy probablemente el estímulo fiscal mexicano –cualquiera que este sea- estará respaldado por un porcentaje (no sabemos si grande o pequeño) de deuda pública.
Un aspecto que considero importante es mencionar que a diferencia de lo que varias escuelas opinen, cada actor y sector tiene sus prerrogativas, es decir, si se ha propuesto a Keynes como la solución teórica de la práctica, entonces ¿habrá de subestimarse la política monetaria?, me parece que no. En suma: cada región o país tendrá sus mecanismos para solucionar con Friedman o Keynes lo que desde mi punto de vista debe resolverse con el segundo a corto plazo y el primero a mediano y largo plazo.
No siento que debamos adoptar el modelo y aplicarlo a rajatabla, porque en este preciso momento, percibo que –toda proporción guardada- existe más liquidez en México que en Estados Unidos (en pocas palabras, le creo a Enrique Castillo Sánchez Mejorada). No obstante, si me atreví a suponer que la solución fiscal es a corto plazo mejor, entonces debo darle “apellido al nombre”, es decir, ¿qué debemos estimular? El consumo vía reducción de IVA o ISR, o la producción vía reducción de IETU. En ninguno de los casos creo que esto se de, ya que si la recaudación es débil (incluso más débil si se contempla que en 2008 no se recaudó la meta de IETU) difícilmente la autoridad hacendaria accederá a esto ya que la prioridad es el gasto, es decir, es un círculo vicioso que descansa en la confianza a ultranza de un efecto multiplicador estimado por el gobierno federal.

Definitivamente en algo estamos de acuerdo con Bartlett (quien no lo menciona, pero lo tomo como implícito): Nadie toca en este momento una política procíclica.

Anónimo dijo...

Más allá de lo que la lectura comenta sobre los beneficios o perjuicios que traerán los estímulos fiscales, creo que es importante rescatar un debate que se ha dado en los últimos años, que es si los gobiernos funcionan o no.
El hecho es que una gran cantidad de empresas se encuentran con problemas para solventar su producción y mantener su tasa de empleo. Otro hecho es que los gobiernos de distintos países están saliendo al rescate de las economías, lo cual puede reafirmar la existencia y la validez de estos en situaciones económicas tan precarias como las actuales.
Efectivamente creo que la pregunta que apremia en estos momentos es ¿qué pasará después?, sin embargo, la siguiente pregunta creo que debiera ser ¿Es correcto el pensamiento actual sobre la función de los gobiernos o habrá que replantear algunos modelos económicos, como el neoliberalismo?

Sofía León M.

Anónimo dijo...

Al igual que Bartlett, considero que las acciones tanto del Banco Central como del Gobierno deben estar coordinadas de acuerdo a las circunstancias que se vayan configurando en la escena econòmica y con buen timing, ya que, como èl mismo lo menciona, aplicar una polìtica fiscal expansiva en el momento equivocado puede favorecer al efecto crowding out. En cuanto a los incentivos para la inversiòn privada me parece una medida complementaria para asegurar el crecimiento econòmico tanto en el corto como largo plazo.

Asì pues, el plan de Obama con impuestos progresivos y la disminuciòn de la carga fiscal para la clase media en conjunciòn con un mayor gasto de gobierno parecen ser medidas que no solo pueden ayudar a superar o aminorar la crisis, sino que replantean nuevamente el papel del Estado en la economìa.

Anónimo dijo...

La actual crisis económica ha llevado no sólo a los analistas y economistas a la ideación de planes y paquetes de rescate; sino a la politización de la materia económica, cuyo enfoque reside en la legitimización y el acierto político en la esfera financiera (como es el caso de EE.UU.). Pareciera ser que, como ya se ha mencionado en este foro, más que decidir un plan para paliar los estragos de la crisis (y lo que conlleva en un futuro), se está decidiendo sobre la mejor solución política-monetaria. No obstante, considerando el plan presentado en Norteamérica, ¿hasta dónde y cuánto le será necesario, pedir como “fondos de inversión” (deuda y préstamos), para financiar su estructura de aumento del gasto público? ¿La falta de confianza e incertidumbre del consumidor/productor o individuo, afectará de manera grave las expectativas que se tienen en los resultados?
Considerando lo anterior y a los grandes críticos de Bruce Bartlett, ¿no es, acaso, lo ideado, un encadenamiento a la deuda, permanente? La política fiscal, menciona Bratlett, es el motor de una recesión, pero ¿puede a su vez evitar otra?
Se habla de una política fiscal expansiva y de un efecto inmediato (con el recorte de impuestos), aunque ¿qué hay del largo plazo? ¿se puede mantener constante el efecto multiplicador?
Hay varias cuestiones que no quedan claras dentro del artículo; inclusive, en la aplicación de los actuales 'paquetes' de rescate.

Edgar Orozco dijo...

Es necesario hacer un análisis profundo de los estímulos fiscales para reactivar las economías, y en este caso pensar por cuáles de las utilizadas por los Estados Unidos, México se vería afectado o beneficiado. Parece que es necesaria la expansión de la política fiscal a través de un déficit público, ya que al parecer difícilmente los ciudadanos podrían aguantar un aumento de impuestos; pero este déficit debe ir encaminado a la atracción de la inversión privada, ya que como comenta el artículo, con inversión privada podemos encontrar consumo; de esta manera tanto el Gobierno como el sector privado podrían trabajar en conjunto. Por otra parte, utilizar la política monetaria en exceso podría perjudicar todavía mucho más a los precios y al consumo final.
Honestamente me resulta difícil establecer una opinión a favor o en contra del artículo ya que aun no entiendo con claridad en qué consisten todos los estímulos fiscales, ni cual es la trampa de la liquidez, ni cuál sería el peor escenario en caso de que esto no funcionara; sin embargo, creo que el estímulo en la inversión privada y el gasto del gobierno serán piezas fundamentales para salir gradualmente de la crisis y para planear un crecimiento a futuro.

Anónimo dijo...

Luego de leer este artículo me surgió la duda de cómo las medidas que se tomen en los EEUU o en otras potencias repercutirán en los países latinoamericanos. Más aun cuando el papel del Estado parece retomar importancia y cuando en nuestra región existe tanta desconfianza en los gobiernos y en las medidas que estos tomen. No obstante, en algunos países del continente y antes del inicio de la crisis ya se empezaron a replantear los modelos económicos, que dada la situación económica actual podrían convertirse en esquemas a seguir.
A mi punto de vista lo mejor sería crear paquetes fiscales donde haya cabida para la inversión con efectos a largo plazo, y no solamente incrementando el gasto del gobierno, lo cual generalmente viene de la mano con un aumento de la deuda. Sin embargo, es tan incierto y tan riesgoso hablar de las “medidas correctas” en economía que lo mejor sería aplicar paquetes fiscales que sean flexibles a los cambios y que no se ajusten a un solo modelo económico.

Anónimo dijo...

Tengo la impresión de que canalizar la solución a través de empresas mediante políticas fiscales o aumentar el gasto público, son dos mecanismos que al aplicarlos de manera aislada reducen su eficiencia y resaltan consecuencias que siguen impactando en las economías. Creo que además de aplicar ambas políticas de manera eficiente, es importante intentar coordinarlas de manera sectorial y simultanea, sin que una excluya a la otra, buscando un equilibrio que permita aprovecharlas.
Sin duda perecen ser mecanismos excluyentes pero seguramente sí pueden conjugarse dentro de contextos nacionales específicos.

Anónimo dijo...

La resolucion de la crisis requiere de una inyección de liquidez en el sistema económico que permita reactivar la economía.

Si el gobierno de Obama espera a la reacción de los asustados y desconfiados inversionistas privados entonces es probable que para cuando estos decidan actuar sea demasiado tarde.

Por lo mismo, la iniciativa de Obama al implementar un plan de estimulos por 787 mil millones de dolares, entregando seguros de desempleo, cupones alimentarios, programas de salud entre otros, pone de manifiesto que sera el desdeñado Estado quien llevará la batuta de la recuperación y no el sector privado.

En este sentido, se privilegia la visión keynesiana y se corrigen los errores que la mano invisible no ha logrado subsanar.

Habrá que ver que otras medidas emprende la administración Obama y la banca europea para estimular el crecimiento económico y minimizar los efectos de la crisis.

Anónimo dijo...

Renée Valentina López - Fernández

Economic Stimulus Plans: Necessity is the mother of invention
Al leer los diversos artículos con las opiniones sobre aumentar el gasto del gobierno en infraestructura vs. Disminuir los impuestos para ayudar al efecto multiplicador, me quedan varias dudas. Dudas que en especial surgieron con las ecuaciones que fundamentaban las opiniones de los autores. Confieso que sentí, indudablemente, un poco de confusión (a pesar de pensar que había entendido perfectamente bien lo visto en clase). Lo que me reconfortó al final de mis lecturas es que no había pasado la hora y media sin entender nada gracias a las clases de Perspectiva Financiera Intl.
Entiendo que el punto es que la solución no está simplemente en generar más deuda en espera de reactivar la economía sino también en “cut back the fat”. Supongo que sería demasiado sencillo pensar que si todas las empresas decidieran mantener empleos a la vez de reestructurar… demasiado sencillo pero costoso, porque al fin, “you can´t teach an old dog new tricks”. Con esto quiero decir que si las empresas encontrar formas más rentables de hacer llegar sus productos al consumidor final y reducir el costo de operaciones, seguramente no tendríamos una carga tan pesada. Si bien es cierto que varias empresas han encontrado formas de ser “más verdes”, sospecho que no es una práctica global (Green Peace, How the Companies Line Up http://www.greenpeace.org/international/campaigns/toxics/electronics/how-the-companies-line-up )… Por otro lado, si la deuda que incurre el gobierno se invierte en proyectos que generen ingresos y que posicionen a las empresas del país de tal forma que se genere inversión extranjera, esa deuda sería una deuda sana…según los libros de Cómo Hacerse Rico si eres Pobre (parafraseando títulos de libros en Sanborns)… A mi no se me hace una idea tan descabellada después de leer estos artículos.
Mi pregunta es ¿Es posible y rentable tomar en cuenta estas opciones cuando existe un ambiente económico precario?

Belleranis dijo...

Economic Stimulus Plans: Necessity is the mother of invention

Al leer los diversos artículos con las opiniones sobre aumentar el gasto del gobierno en infraestructura vs. Disminuir los impuestos para ayudar al efecto multiplicador, me quedan varias dudas. Dudas que en especial surgieron con las ecuaciones que fundamentaban las opiniones de los autores. Confieso que sentí, indudablemente, un poco de confusión (a pesar de pensar que había entendido perfectamente bien lo visto en clase). Lo que me reconfortó al final de mis lecturas es que no había pasado la hora y media sin entender nada gracias a las clases de Perspectiva Financiera Intl.
Entiendo que el punto es que la solución no está simplemente en generar más deuda en espera de reactivar la economía sino también en “cut back the fat”. Supongo que sería demasiado sencillo pensar que si todas las empresas decidieran mantener empleos a la vez de reestructurar… demasiado sencillo pero costoso, porque al fin, “you can´t teach an old dog new tricks”. Con esto quiero decir que si las empresas encontrar formas más rentables de hacer llegar sus productos al consumidor final y reducir el costo de operaciones, seguramente no tendríamos una carga tan pesada. Si bien es cierto que varias empresas han encontrado formas de ser “más verdes”, sospecho que no es una práctica global (Green Peace, How the Companies Line Up http://www.greenpeace.org/international/campaigns/toxics/electronics/how-the-companies-line-up )… Por otro lado, si la deuda que incurre el gobierno se invierte en proyectos que generen ingresos y que posicionen a las empresas del país de tal forma que se genere inversión extranjera, esa deuda sería una deuda sana…según los libros de Cómo Hacerse Rico si eres Pobre (parafraseando títulos de libros en Sanborns)… A mi no se me hace una idea tan descabellada después de leer estos artículos.
Mi pregunta es ¿Es posible y rentable tomar en cuenta estas opciones cuando existe un ambiente económico precario?

Anónimo dijo...

¿Es el Estado o la iniciativa privada quién sacará a Estados Unidos (y al mundo) de la trampa de liquidez en la que hemos caído? La discusión no es nueva. ¿Keynes o Freedman? En la década de los 30’s, Keynes era considerado un pariente muy cercano a Carlos Marx. Tiempo después, los nuevos teóricos del neoliberalismo lo desmintieron y adoptaron su macroeconomía. Marxista o neoliberal, lo cierto es que la teoría de la demanda agregada, y las propuestas de Keynes no concluyeron sino en lo que ahora denominamos una economía mixta. Y probó ser efectiva, por lo menos hasta que la Dama de Hierro declaró lo contrario. La participación del Estado fue decisiva para el rescate económico de Estados Unidos en los 30's y 40's, como también lo fue la participación de las industrias privadas en una economía de guerra.

Andrés, pregunto entonces, ¿por qué seguir tratando de debatirnos entre el blanco y el negro cuando esa pregunta ya había sido resuelta? Si bien las condiciones hoy en día son totalmente distintas, la fórmula ya comprobó su efectividad. Lo importante ahora es averiguar la manera en la que se podrán coordinar esfuerzos entre el estado y el mercado para abordar el problema.

El asunto de cuándo inyectar la liquidez y la manera de hacerlo no es uno sencillo. Sobretodo, porque resolver de dónde sacarla es ahora una interrogante por demás importante. Obama enfrenta ya los enormes gastos de rescate a los bancos hechos por George W. Bush. Además, no puede obviarse la participación del sector privado. Debe estimularse, al igual que el gasto público en un esfuerzo coordinado y conjunto como comenta Raén.

Sin embargo, sigo sin saber de algún análisis que pueda integrar ambos factores. Los grandes economistas JC Medals y Nobel, se mantienen mas bien en el análisis ortodoxo. ¿Qué universidad o institución en los Estados Unidos o en el mundo validaría uno distinto? Creo que responder esta pregunta proveería de un elemento significativo a la comprensión de esta crisis y su respuesta eficaz.

Anónimo dijo...

Me parece que en esta discusión, el aspecto "urgente" de la situación económica tiene un papel muy importante. Muchos creen que la prioridad actual no es reformar la estructura mundial y bancaria sino parar la crisis económica real sino invertir el movimiento de caída de la demandad mundial. En esta perspectiva, las políticas monetarias ya llegaron a su límite de acción ya que las tasas e intereses de la mayoría de los bancos centrales alcanzaron o se acercan a niveles extremadamente bajos en Estados-Unidos y Japón (casi 0%).
A pesar de estas acciones, los efectos para salir de la crisis no se han observado de manera convincente dada la difusión lenta de los efectos de esas políticas que se estiman a seis a dieciocho meses, un plazo demasiado largo para esperar NO entrar en circulo vicioso del cual sería casi imposible salir. Lo importante ahora es el corto plazo, y las políticas monetarias no pueden responder dentro de este plazo.
Contrariamente a unos comentarios previos, creo que la política fiscal sobre los créditos de impuestos para los ahogares es un elemento esencial para relanzar el consumo, tal como lo quiere hacer Obama para salir de la crisis. No hay que perder de vista que los que tienen una propensión al consumo más grande son las poblaciones de bajos recursos. El problema no es saber si TODOS beneficiarán de créditos de impuesto o de abatimiento fiscal como se ha dicho en unos comentarios, sino si los que consumen más beneficiarán de ellos. Ahora bien, alrededor del 40% de la población estadounidense es exento de impuestos federales sobre el ingreso (cifra del 2006, The Tax Fundation). Que los hogares con altos recursos no beneficien de una reducción de impuestos o de "cheques" no influirá en sus consumos ya que la mayoría de lo que ganarían en caso de beneficiar de arreglos fiscales de este tipo, se transformaría en ahorro y no en consumo ya que no modifica fundamentalmente su poder adquisitivo. Al contrario, las poblaciones de bajos recursos tienen una probabilidad mucha más elevada de que con un aumento del ingreso aunque pequeño en valor absoluto, su poder adquisitivo aumenta sustancialmente, y por consecuencia, gastan la casi totalidad o totalidad del dinero que recibieron. No creo que la gente de bajos recursos tenga realmente la capacidad y posibilidad de ahorrar mucho, a pesar de la "ansiedad" que provoca la crisis sobre el futuro y, por consecuencia, no creo que ahorrarán todo el dinero que se les proporcionará.
Quizás estas políticas fiscales no serán suficientes en si solas pero creo que sí, tendrán un efecto positivo sobre le consumo dada la población a la cual está dirigida y los efectos reales que se podrán ver en el corto plazo, lo que las políticas monetarias podrán difícilmente realizar.

Anónimo dijo...

Cosette Garduño

En las ciencias sociales, los efectos de las decisiones varían dependiendo de las circunstancias bajo las cuales son tomadas. En la actualidad, los gobiernos de todo el mundo se enfrentan a una gran crisis económica, cuyos efectos apenas comenzamos sentir y que aun no se sabe qué grado alcanzarán, de lo que si estamos seguros es que es diferente a las que ya han tenido lugar, por lo que es importante que existan medidas que ayuden a minimizar estos efectos y que los reviertan, en la lectura se habla de tomar varias medidas para la economía norteamericana , dos de las más importantes son los estímulos fiscales y la expansión de la inversión.

En el continente asiático, especialmente en Japón los planes de estímulo ya se han puesto en marcha y sin embargo, no se han frenado todas las consecuencias previstas, las cuales han afectado al gobierno y a las empresas(una de estas consecuencias es el despido de muchas posiciones en grandes compañías como Nissan, a nivel global). Por lo que es importante mencionar que las crisis, en especial la actual, no siempre se pueden resolver con una o dos medidas, sino que es necesario crear todo un programa de rescate que incluya política fiscal y monetaria y que debe variar de país a país, adaptándose a sus necesidades específicas.